En torno al año 2000, en una feria del disco en Santander, encontré por casualidad un cd de un grupo que tenía anotado en mi lista de “pendientes”. No recordaba qué hacían ni cómo sonaban, pero si estaban anotados en mi lista no había duda, tenía que hacerme con él. Se trataba de Bloom, el primer y único disco de Crustation, un grupo de trip-hop que, como no podía ser de otra forma, procedía de Bristol (cuna de este sonido, con Portishead a la cabeza). La canción elegida, "Flame", era quizás su composición más pop y accesible del disco, manteniendo el sonido envolvente y el ritmo pausado propios de este estilo, pero añadiendo un estribillo infalible gracias tanto a la melodía como a la elegante voz de Bronagh Slevin. Una canción para cerrar los ojos y soñar…
Civ
Sutil, delicado. Al escucharlo por primera vez me ha recordado a Sade, aquel gran grupo británico que inició sus andaduras en los 80. Con un toque chill-out en la melodía de fondo, la voz de Bronagh nos relaja, desaparecen nuestras penas. Ideal para escuchar en un jacuzzi, para estar a la altura de este gran tema, con agua caliente, espuma y buena compañía.
ResponderEliminarR.O.C.